El bruxismo es el hábito involuntario de apretar y/o rechinar los dientes. Este hábito es muy dañino para la ATM (Articulación temporomandibular), los dientes y la musculatura facial.

A nivel de la ATM puede causar desde chasquidos en la apertura bucal hasta bloqueos mandibulares, impidiendo al paciente poder cerrar la boca.

En los dientes los daños son principalmente desgastes dentales que generalmente pasan desapercibidos para el paciente hasta que son muy llamativos.

Sin embargo, cuando las molestias son a nivel de la musculatura facial, el paciente suele padecer molestias constantes en la musculatura facial y cervical. Para poder solucionar este problema es necesario te sometas cuanto antes a un tratamiento para el bruxismo. Visita nuestra clínica en Madrid

¿Cuáles son las causas del bruxismo?

A la hora de la aparición del bruxismo existen varias causas. El estrés tiene un papel muy importante, ya que las personas que sufren bruxismo, generalmente soportan un nivel de estrés muy alto y la intensidad del bruxismo estará relacionado con el estrés que padece el paciente en ese momento.

Otra de las causas de la aparición del bruxismo son las interferencias oclusales, las alteraciones en los dientes. Estas alteraciones provocan un mal engranaje de las piezas dentales y el organismo tiene que desgastar los dientes para conseguir una mejoría en la oclusión. Este desgaste “natural” no soluciona el problema, sino que lo agrava, ya que los dientes cada vez encajan peor.

El bruxismo puede ocasionar múltiples problemas dependiendo de la frecuencia y la intensidad.

¿Cuáles son los síntomas del bruxismo?

El bruxismo puede darse en niños, sin que a estas edades se considere un problema grave, ya que es una forma natural de desarrollar la dentición y un estímulo del desarrollo de los músculos y huesos de la cara. En el caso del bruxismo juvenil, suele desaparecer al alcanzar los 20 años la persona.

Muy diferente es el caso de los adultos, ya que en función de la frecuencia y la intensidad puede ocasionar múltiples problemas. En la mayoría de los casos, el bruxismo tiene dos tipos de síntomas.

El primero es el desgaste de las piezas dentales y todo lo que eso conlleva: dolor dental y mandibular. También puede sufrir dolores musculares y en la articulación temporomanduibular lo que puede provocar dolores de cabeza, de oído, dolor al abrir la boca, ruidos al abrir la boca y puede generar dificultades para masticar o hablar.
El segundo problema tiene que ver con el sueño, ya que si el bruxismo que padece el paciente es muy intenso, se puede interrumpir el sueño y de esta manera no se consigue la función reparadora y descanso de este.